NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
Según más envejezco, creo que con mayor frecuencia tengo calambres
nocturnos. ¿Hay algo que se pueda hacer una vez que empiezan, o sólo esperar
hasta que pasen? ¿Se puede en primer lugar prevenir esos calambres de algún
modo?
RESPUESTA
del Dr. Paul Takahashi, Medicina Interna para Atención Primaria, Mayo Clinic de
Rochester en Minnesota, Estados Unidos:
Toda
persona que alguna vez se ha despertado con un calambre en las piernas sabe lo
doloroso que puede ser cuando un músculo se contrae repentinamente. Los
calambres nocturnos normalmente ocurren en las pantorrillas, pero también
pueden presentarse en los pies y en los muslos.
En la
mayoría de los casos, los calambres nocturnos en las piernas no son nocivos y
pueden aliviarse, e incluso prevenirse, con algunos estiramientos simples u
otras medidas de autocuidado. No obstante, cuando ocurren con regularidad y
ocasionan fuertes molestias, es preciso acudir al médico. Esto es
particularmente cierto cuando los calambres de las piernas interfieren con el
sueño o hay debilidad muscular, hinchazón, entumecimiento o dolor que no pasa o
que continúa apareciendo.
A
pesar de que el riesgo de sufrir calambres nocturnos en las piernas aumenta con
la edad, generalmente es difícil precisar su causa. La verdad es que estos
calambres a menudo se presentan sin ninguna razón.
Los
calambres en las piernas pueden vincularse a la deshidratación, a permanecer
sentado durante mucho tiempo, o a ingerir insuficiente cantidad de potasio,
calcio o magnesio. De igual manera,
algunos medicamentos también se relacionan con este problema, como los
diuréticos, los betabloqueadores y los antihipertensivos.
A
veces, estos calambres podrían relacionarse con una afección metabólica
subyacente, como el hipotiroidismo (tiroides poco activa) o con una afección
paratiroidea. La diabetes es otra enfermedad que altera el metabolismo y
también puede provocar calambres musculares.
Los
calambres nocturnos en las piernas a veces se confunden con el síndrome de las
piernas inquietas, en el que una desagradable sensación similar a pulsaciones o
tirones en las piernas conduce a un deseo incontrolable de mover las extremidades
inferiores. Estos síntomas ocurren principalmente por la noche, o cuando la
persona se encuentra en reposo. Sin embargo, el dolor muscular es menos común
en el síndrome de las piernas inquietas que en los calambres nocturnos. El
dolor debido a la hinchazón de las piernas por exceso de líquidos (edema)
también se podría sentir como un calambre.
El
dolor de los calambres en las piernas puede variar en intensidad y durar desde
sólo pocos segundos a 15 minutos o más. Para obtener alivio, se frota
suavemente el músculo contraído para ayudarlo a relajar, y estirarse también
puede aminorar el espasmo. Cuando el calambre es en la pantorrilla, intente
ponerse de pie y recargar el peso del cuerpo sobre la pierna en cuestión,
doblando apenas la rodilla. Si el dolor es demasiado e impide que se ponga de
pie, estire recta la pierna, flexionando el pie hacia arriba en dirección de la
cabeza.
Aplicar
calor o frío también puede ofrecerle alivio. Para relajar los músculos
tensionados, aplique hielo o una compresa fría directamente sobre la zona del
calambre. Podría también ayudarle a sentirse mejor aplicar calor con una toalla
caliente o una almohadilla térmica, o tomar un baño o ducha caliente para
disminuir el dolor y la sensibilidad muscular.
Si
bien los calambres nocturnos en las piernas pueden tomar por sorpresa, es
posible prevenirlos y las siguientes medidas pueden ayudarle.
Permanecer
hidratado: beber agua u otros líquidos en cantidad suficiente durante todo el
día pueden evitar la deshidratación. Eso también ayuda a que los músculos se
contraigan y relajen con más facilidad. Cuando uno participa en alguna
actividad física, es particularmente importante reponer los líquidos, y
continuar bebiendo agua u otros líquidos después de dicha actividad.
Estirarse
antes de acostarse: si padece de calambres nocturnos en las piernas, lo mejor
sería que se estire antes de ir a dormir.
Hacer
un poco de ejercicio: andar en una bicicleta estacionaria durante unos minutos
antes de acostarse podría ayudarle a prevenir los calambres mientras duerme.
Escoger
el calzado correcto: usar zapatos que le ofrezcan buen apoyo podría ayudar a
prevenir los calambres en las piernas.
Aflojar
la ropa de cama: afloje las sábanas y demás mantas de la cama en la parte de
los pies.
Si
las medidas de autocuidado no mantienen a raya a los calambres, los
analgésicos, como el acetaminofén (Tylenol y otros) también podrían ayudarle.