20.10.20

AL PULSO CON LA DRA. ALIZA » EL SUICIDIO Y LA PANDEMIA DE COVID-19

NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD" 
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NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓNnoticiasdeteziutlan@hotmail.com  
MARTES 20 OCTUBRE 2020

Si tú o alguien que conoces está pasando por una crisis, está deprimido o ha pensado en suicidarse, es importante buscar ayuda. Los síntomas físicos del Covid-19 se han diseminado bastante pero no tanto los efectos psicológicos de la pandemia como el efecto del distanciamiento social, el estrés económico, la ansiedad por la incertidumbre, la depresión, etc. Existe ayuda y tratamiento para estas condiciones. Es importante que la busques.

El suicidio es el acto de quitarse la vida (matarse), frecuentemente debido a depresión u otra enfermedad mental. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 800,000 personas mueren cada año (lo que equivale a una persona cada 40 segundos) debido a suicidio. Se estima que por cada adulto que muere por suicidio, puede haber más de otros 20 que intentaron suicidarse. Es la segunda causa de muerte entre las personas entre los 15 y los 29 años a nivel mundial.

En Estados Unidos en 2018-19, el suicidio fue la segunda causa de muerte en las personas entre los 10 y los 34 años, después de las lesiones involuntarias. Y en ese mismo año 1.442.000 millón de adultos de 18 años o más reportaron intentos de suicidio y 717.000 adultos de 18 años o más recibieron tratamiento médico por intento de suicidio en este país.

Entre los efectos psicológicos del virus, de acuerdo con los expertos, el aislamiento social, la incertidumbre con la que vivimos, la ansiedad, la depresión, el abuso de las drogas y el alcohol probablemente aumenten el número de suicidios. Un profesor de psicología en Harvard, Mathew Nock, dice que “Es un experimento en cierta manera. No sólo es un aumento en la ansiedad, pero la pieza más importante es el aislamiento social. Nunca hemos tenido nada como esto, y sabemos que el aislamiento social se relaciona con el suicidio”.

De hecho, históricamente en Estados Unidos las tasas de suicidios han ido aumentando continuamente desde el año 2000 (35% en general en la mayoría de los grupos de edad) pero el incremento se duplicó a raíz de la recesión del 2008. El impacto de la pérdida de trabajos, los desalojos y los desplazamientos causados por la recesión y las dificultades económicas aumentaron los suicidios. Ahora tenemos que agregar la pandemia y sus consecuencias.

Un reporte de los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicado en agosto 14 del 2020 en el que se entrevistaron a más de 5.000 adultos, de junio 24 al 30 del 2020, reportó condiciones mentales negativas asociadas con el Covid-19. Los adultos jóvenes, las minorías étnicas, los trabajadores esenciales y los cuidadores adultos no pagados reportaron experimentar desproporcionadamente los peores resultados de salud mental, aumento en el uso de substancias e ideación suicida con mayor frecuencia.

En otro estudio acerca de su salud mental en más de 10.000 estadounidenses entre mayo y junio, los CDC encontraron un aumento en los síntomas de ansiedad y depresión, comparado con el mismo estudio el año anterior, y la gente joven era la más afectada. De hecho, 11% de los que respondieron a la encuesta dijeron que habían “considerado seriamente” el suicidio en los 30 días anteriores. Para los que tenían entre 18 y 24 años, el número era más del doble (uno de cada 4). Finalmente, de acuerdo con un estudio publicado el 11 de septiembre del 2020 por el National Vital Statistics Report la tasa de suicidios entre los jóvenes de entre 10 y 24 años brincó de aproximadamente 7 por 100.000 en 2007 a cerca de 11 por 100.000 en 2018.

Una psicóloga que se especializa en adolescentes, Lisa Damour, dice que “Los adolescentes están en una etapa de desarrollo en que es muy importante que tengan contacto regular con sus compañeros y que desarrollen relaciones cercanas y continuas con adultos fuera de la casa. Como maestros, entrenadores y asesores. Y que le preocupa lo que significa que esto se haya interrumpido por la pandemia”.

Signos y Síntomas de Suicidio en los Adolescentes

Se recomienda que los padres conozcan los signos y/o síntomas que sugieren que su hijo(a) podría estar vulnerable, ya que el suicidio se puede prevenir. Estos incluyen:

Cambios en la personalidad: tristeza que perdura, distanciamiento, irritabilidad, ansiedad, cansancio, indecisión.

Cambios en su comportamiento: deterioro en sus relaciones interpersonales, menos interés en actividades positivas.

Trastornos del sueño: insomnio, dormir de más, pesadillas.

Cambios en sus hábitos para comer: pérdida del apetito, pérdida de peso, comer de más.

Miedo a perder el control: comportamiento errático, lastimarse a él (ella) o a otros.

Es diferente darle privacidad al adolescente y el adolescente que no sale de su cuarto por varios días.

El adolescente que habla de hacerse daño o de desaparecer. Los padres deben preguntarle directamente si es algo que realmente ha pensado en hacer o pensaría en hacer. Y escucharlos.

Jonathan Singer, presidente de la American Association of Suicidology y profesor adjunto de la Escuela de Trabajo Social en Loyola University Chicago dice que “En cualquier momento que un chico(a) dice que no cree que a las personas les importa si se muere o que él o ella piensan que las personas estarían mejor si él o ella no estuvieran en este mundo, es importante tomarlos en serio”.

Si su escuela es únicamente virtual, Damour recomienda que los padres busquen algún deporte, algún trabajo, alguna oportunidad voluntaria o tiempo social “seguros” que le permitan tener contacto con otros adultos que le presten atención.

Factores de Riesgo de Suicidio en los Adolescentes

Existen ciertos factores de riesgo asociados con mayor riesgo para suicidio en los adolescentes de acuerdo con la American Psychology Association (APA):

Intentos previos de suicidio

Trastornos de salud mental (depresión ansiedad)

Abuso de alcohol u otra substancia

Sentimientos de desesperación, impotencia, culpabilidad, soledad, ineptitud, de autoestima baja

Pérdida de interés en los amigos, las aficiones o las actividades que se disfrutaban previamente

Comportamiento agresivo

Acoso o ser acosado en la escuela o en situaciones sociales

Comportamiento destructivo, incluyendo problemas de disciplina en la escuela o en la casa

Comportamientos de alto riesgo (beber alcohol y manejar, mala toma de decisiones)

Pérdida seria reciente (muerte, divorcio, separación, ruptura de relación romántica)

Historia familiar de suicidio

Violencia familiar (violencia doméstica, abuso infantil o negligencia)

Confusión en cuanto a la orientación e identidad sexual (falta de apoyo o acoso durante el proceso de revelación)

Acceso a medios letales como armas de fuego, pastillas, cuchillos o drogas ilegales

Estigma asociado a buscar servicios de salud mental

Barreras para tener el acceso a servicios de salud mental (falta de proveedores de servicios bilingües, transportación no confiable, problemas de costo)

Toma medidas preventivas con tu adolescente

La APA dice que los padres no son impotentes. Pueden proteger a su hijo contra la posibilidad de suicidio. La asociación recomienda que tomes las siguientes medidas:

Interactúa con tu adolescente positivamente (dale retroalimentación consistente, elógialo cuando haga algo bien)

Aumenta su participación en actividades positivas (promueve su participación en deportes / clubes)

Monitorea en donde anda tu hijo y sus comunicaciones de forma apropiada (textos, Instagram, Facebook, Twitter) con el fin de promover su seguridad

Debes estar consciente del ambiente social de tu adolescente (amigos, compañeros de equipo, entrenadores) y comunícate regularmente con otros padres en tu comunidad

Comunícate regularmente con los maestros de tu adolescente para asegurarte de su seguridad en la escuela

Limita el acceso de tu adolescente al alcohol, a medicinas (pastillas) recetadas, a drogas ilegales, a cuchillos y a pistolas

Habla con tu adolescente acerca de sus preocupaciones: pregúntale si él o ella ha tenido pensamientos suicidas

Explícale el valor de la terapia y las medicinas para manejar los síntomas

Aborda tus preocupaciones con otros adultos en la vida de tu hijo(a) (maestros, entrenadores, familia)

Discute tus preocupaciones con su pediatra para que te refiera con un especialista en salud mental

Habla con tu adolescente acerca del suicidio

La APA recomienda que uses las siguientes recomendaciones cuando hables con tu hijo acerca del suicidio:

Habla de una forma calmada, no acusatoria

Expresa tu preocupación de una forma cariñosa

Déjale saber qué tan importante él o ella es para ti

Concéntrate en tu preocupación por el bienestar y la salud de tu adolescente

Haz tus oraciones con “yo” para transmitirle que entiendes las tensiones o angustias que él o ella puede estar experimentando

Anímalo(a) a obtener ayuda profesional (busca recursos locales apropiados)

Asegúrale que el buscar estos servicios va a cambiar su forma de ver las cosas

Si los padres piensan que se podría beneficiar de ayuda profesional o tienen dudas, es importante que consulten a un profesional. La telemedicina es una forma segura de hacerlo y está cubierta por muchos seguros de salud. Si el peligro es inminente, es importante llevarlo a una sala de emergencias. En Estados Unidos se puede llamar al 911.

Pero el suicidio no discrimina. Los adolescentes no son los únicos con riesgo de suicidio. Las personas de todos los sexos y edades pueden estar en riesgo. Es algo complejo.

Otros signos o síntomas no mencionados arriba, que se pueden presentar en los adultos (incluyendo los anteriores) son: hablar de sentirse vacíos, de no tener ninguna razón para vivir. Hablar de estar buscando alguna manera para matarse en línea, de estar acumulando pastillas o de comprar una pistola. Hablar de sentir gran culpa o pena. Hablar de sentirse atrapados o de que no hay solución. Hablar de que sienten un dolor inaguantable (ya sea físico o emocional). Hablar de ser una carga para otros. Usar el alcohol o las drogas más seguido. Actuar ansioso o agitado. Retirarse de la familia o los amigos. Mostrar rabia o hablar de buscar venganza. Tomar riesgos elevados que podrían llevar a la muerte, como manejar extremadamente rápido. Hablar o pensar sobre la muerte frecuentemente. Mostrar cambios extremos en el estado de ánimo (cambiar súbitamente de muy triste a muy calmado o contento). Regalar bienes importantes. Despedirse de los amigos y la familia. Poner los asuntos en orden y hacer un testamento.

Otros factores de riesgo no mencionados arriba que se pueden presentar en los adultos incluyen: ciertas condiciones médicas, dolor crónico, tener armas de fuego en la casa, haber sido liberado de la cárcel recientemente o haber estado expuesto a un suicidio (de un familiar o incluso de una celebridad).

Los Institutos Nacionales de Salud recomiendan 5 pasos para ayudar a alguien con dolor emocional:

Preguntar: ¿Estás pensando en matarte?

Mantenlos seguros: Reduce su acceso a artículos o lugares letales.

Está presente: Escucha cuidadosamente y reconoce sus sentimientos.

Ayúdalos a conectar: A una Línea Nacional de Prevención de Suicidio (en Estados Unidos es 1-888-628-9454) o el equivalente en tu país o con un profesional de salud mental.

Mantente conectado: Dale seguimiento y mantente en contacto después de la crisis.

Los suicidios y los intentos de suicidio tienen un impacto en las familias, los amigos, los colegas, las comunidades y las sociedades.

Los suicidios se pueden prevenir. Cuando alguien tiene signos o síntomas que sugieren que podría estar en riesgo hay que prestar atención y ayudarle a buscar ayuda antes de que sea demasiado tarde. De acuerdo con Jonathan Singer, hemos visto aumentos en los suicidios en 2007 a 2009 probablemente impulsados por la recesión. El aumento en los suicidios entre 2016 y 2018 fue un poco sorprendente, se correlacionó con el aumento de ventas en armas en Estados Unidos (de allí la importancia de mantenerlas fuera del alcance de los adolescentes) y el aumento más reciente se ha correlacionado con la pandemia. Como el suicidio frecuentemente es impulsivo, el obtener ayuda de inmediato podría desactivar o calmar ese impulso. De acuerdo con Singer, “Tener una charla o conversación telefónica de 5 o 10 minutos en el momento cuando sucede algo estresante puede ser tan valioso como pasar una hora al mes en terapia”.

Existen tratamientos: psicoterapia sola y/o con medicamentos (si es necesario). Lo importante es identificar el problema y buscar ayuda.

Entre los recursos disponibles en Estados Unidos, está la Línea Nacional de Prevención de Suicidios las 24 horas en el 1-888-628-9454. La llamada es gratuita y totalmente confidencial. Es la única red nacional de respuesta a situaciones de crisis. Como éste, existen recursos en otros países. Búscalos en nuestra sección de Recursos por País o poniendo “línea prevención suicidio” y tu país en la barra de búsqueda de tu computadora, tableta o celular/móvil.

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