NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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MIÉRCOLES 1 JULIO 2020
DOCTORA ALIZA
Tu hijo de 15 años está en
vacaciones. Cuando sales al trabajo, lo ves durmiendo y sabes que seguirá en la
cama hasta medio día. Cuando llegas por la noche, lo ves tirado en el sofá
viendo televisión o jugando videojuegos, lo mismo que ha estado haciendo desde
que se levantó, y lo mismo que seguirá haciendo hasta que te vas a dormir.
Incluso comió la cena frente al televisor. Mañana será exactamente igual. ¿Qué
puedes hacer para que se mueva?
Muchos padres como tú ven con
desconcierto el desesperante espectáculo de la pereza adolescente y no saben
qué hacer. Aunque no todos los adolescentes son perezosos, ¿por qué tu hijo sí
lo es?
La pereza en la adolescencia
es normal. Es parte de la apatía típica de esta edad producto de los cambios
físicos y mentales. Aunque en algunos casos puede ser un síntoma de depresión.
Sea lo que sea, hay que tomar
medidas al respecto. Porque si piensas en la vida que le espera a tu hijo si
sigue ahí sentado (obesidad, depresión, varias enfermedades, huesos débiles,
etc.), no es un buen panorama. ¿Cómo puedes motivar a tu hijo a hacer
ejercicio?
Dale razones
Intenta motivarlo con
razones, diciéndole que hacer ejercicio… le ayuda a tener un peso saludable y
por lo tanto, a verse mejor
le ayudará a sentirse mejor
consigo mismo es bueno para la salud en todo sentido y le dará mucha energía le
hará más fuerte
le volverá más competitivo en
la escuela y podrá entrar al equipo que le guste.
Dale un empujón
Si las razones no funcionan,
puedes darle un primer empujón…
Motívalo a que se inscriba
para hacer algún deporte en la escuela y apóyalo en lo que quiera. Dile que
pertenecer a un equipo, es una excelente manera de hacer más amigos
Llévalo a hacer un deporte
que le llame la atención: fútbol, patinaje, escalada en roca, ciclomontañismo,
equitación, rafting, etc.
Invítalo a ver un deporte en
vivo para que se contagie del espíritu deportivo
Planifica paseos o campings y
organiza actividades físicas: juegos, competencias, exploraciones, etc.
Invítalo a que salga a montar
bicicleta o a caminar contigo aunque sea una vez. El primer día reprochará,
pero muy probablemente le gustará la sensación física y querrá volver a hacerlo
una segunda vez
Pequeñas trampas útiles
Convéncelo de que trabaje en
casa a cambio de algo, un permiso para salir con sus amigos, un poco más de
dinero para sus gastos, un premio. Inventa pequeños proyectos en la casa para
motivarlo a que te ayude en tareas como cortar el pasto y barrer las hojas del
jardín, pintar las rejas, limpiar el garaje, lavar el coche o pasear al perro…
Además, dile que durante la
adolescencia, la mejor terapia que existe para la apatía es moverse. El
ejercicio sube el estado de ánimo. Eso está garantizado.
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