NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
VIERNES 8 FEBRERO 2019
Por
más cuidado que tengas y precauciones que tomes, los niños corren, juegan,
saltan, practican deportes y en el proceso pueden sufrir accidentes que van
desde un golpe en la cabeza, a sufrir una herida, un raspón o una
quemadura. Para poder ayudar a tu hijo
en un caso así, tienes que saber cómo actuar. Para eso te traemos esta pequeña
guía de primeros auxilios para varias de las situaciones más comunes. Mantén
esta información a mano y compártela con las demás personas al cuidado de tus
hijos.
“¡Mamá,
mamá! ¡Me aplasté un dedo!” (o: “Me raspé la rodilla”, “Me sangra la nariz”).
Cualquiera que sea el accidente que ha sufrido el niño, lo primero es (aunque
resulte difícil), tratar de mantener la calma. El niño ya está lo
suficientemente asustado o adolorido, así que si reaccionas con ecuanimidad, lo
ayudarás a recuperarse y a tranquilizarse.
Lo segundo es: actuar de inmediato.
1. Un dedo de la mano o del pie aplastado (por
una puerta, un pisotón accidental o por un objeto pesado). Si el dedo está deformado, ha perdido la uña
o ves sangre bajo la uña, debes acudir cuanto antes a un doctor para que
confirme si hay fractura y cure la herida. No intentes estirar o manipular un
dedo fracturado, porque puedes empeorar las cosas. Si puede moverlo y solamente
está adolorido, lava el área y aplica una bolsa con hielo o coloca el dedo bajo
el chorro de agua fría para reducir la inflamación. Si además del golpe se ha
roto la piel y sangra, lava bien el dedo con agua y jabón y cubre con una
bandita adhesiva. Durante los siguientes
2 o 3 días, debes estar atento(a) por si se presenta inflamación,
enrojecimiento, supuración (si sale pus) o si desarrolla fiebre. Estos síntomas
indican que hay infección y debes acudir al médico.
2. Sangre por la nariz. Si además del sangrado, el niño está vomitando, está muy pálido o
sudoroso, llama al médico. Pero si el sangrado es el único síntoma, pídele que incline la cabeza ligeramente
hacia delante y aprieta las ventanas de la nariz para contener la sangre
mientras el niño respira por la boca.
No dejes que incline la cabeza hacia atrás ni lo acuestes para que no se
trague la sangre. Tampoco insertes trocitos de papel dentro de la nariz para
absorber la sangre ya que al retirarlos podrías irritar la mucosa de la nariz y
provocar más sangrado. Busca ayuda médica
si existe la posibilidad de que la nariz se haya fracturado (partido o roto),
si el sangrado no se para después de 20 minutos de aplicar presión, si el niño
tiene dificultad para respirar, si además comienza a sangrar por las orejas o
las encías o si el niño tiene un objeto alojado dentro de la nariz.
3. Una quemadura (tocó una vela o el chorro de
agua demasiado caliente, por ejemplo). Para comenzar, deja correr agua fresca
sobre el área afectada durante unos minutos. Sécala delicadamente con una toalla
limpia, dando palmaditas, sin frotar. Para aliviar el dolor inicial, aplica una
compresa fría (no hielo que puede empeorar la quemadura). Cubre el área con un vendaje estéril. No apliques ni ungüentos ni pomadas
antibióticas que puedan atrapar el calor y empeorar la quemadura. Si ésta se
ampolla, supura (sale pus), o si el enrojecimiento y el dolor persisten después
de varias horas, busca ayuda médica.
4. Una herida o raspón. Si el área afectada está sangrando, cubre con
una toalla limpia y aplica presión. El sangrado debe detenerse en unos 5 o 10
minutos. Si no se detiene, busca ayuda médica. Si hay un objeto alojado en la
herida, como un trozo de vidrio, trata de sacarlo con unas pinzas esterilizadas
con alcohol. Limpia la herida con agua tibia y jabón, sécala con cuidado y
aplica una pomada con antibiótico. Cubre con un vendaje estéril y cámbialo a
diario. Si la herida es demasiado grande o profunda, entonces debes buscar
atención médica para que suturen (pongan unos puntos) la herida. Consulta con
el pediatra si se necesita reactivar la vacuna contra el tétano.
5. Un golpe en la cabeza. Si el niño pierde el
conocimiento (se desmaya) a causa del golpe, llama al 911 o al teléfono de
emergencias de tu país. Si el niño está consciente y responde bien, aplica una
bolsa de hielo sobre el golpe para reducir la inflamación. Comienza a
monitorear el estado del niño con frecuencia durante las próximas 24 horas.
Debes estar atenta a los siguientes síntomas: si notas un cambio en las pupilas
(una parece más grande que la otra), si éstas no reaccionan con la luz, si el
niño vomita a menudo o si se siente mareado.
Cuando cualquiera de estos síntomas o signos sucedan, llama al médico
enseguida. Aunque todo parezca normal,
hazlo que descanse y no dejes que realice un esfuerzo físico o que practique un
deporte ese día.
Si es
un niño pequeño y se encuentra muy asustado, trata de tranquilizarlo. Asegúrale
que muchos niños han pasado por lo mismo. O mientras le curas, cuéntale algún
episodio de tu infancia en el que tú u otra persona de la familia experimentó
una situación similar. Controla tu propio temor y mantén tu ecuanimidad para
brindarle seguridad y apoyo mientras pasa por ese mal rato. Con la atención
adecuada y mucho amor de tu parte, sanará en poco tiempo. Pero recuerda que si tienes dudas siempre es
mejor consultar al médico.
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