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JUEVES 11 JULIO 2019
Cada vez que te miden o toman la
presión, la lectura es baja. ¿Debes preocuparte? Según la Sociedad Americana
del Corazón, dentro de ciertos límites, mientras más baja sea la lectura de tu
presión arterial, mejor, siempre y cuando no venga acompañada de ciertos
síntomas, en cuyo caso sí representa un riesgo potencial para tu salud. ¿Sabes
cuáles son esos síntomas? Aquí te lo contamos, así como las causas más comunes
de la presión baja o hipotensión.
¿Qué es la presión baja o
hipotensión? Para entenderlo mejor, conviene repasar en primer lugar, en qué
consiste la presión arterial y cuáles son los niveles que se consideran
normales.
La presión arterial es la medida de
la presión que la sangre ejerce en tus arterias, impulsada por el corazón,
durante las fases de actividad y descanso de cada latido. Hay dos tipos de
presión: la sistólica y la diastólica. Estas se miden, generalmente en el
antebrazo, con un aparato llamado tensiómetro (o esfigmomanómetro) y las
lecturas se obtienen en milímetros de mercurio (mm Hg).
La presión sistólica, es el número
más alto (el primero que se obtiene) y
se refiere a la presión que genera el corazón cuando bombea la sangre a través
de las arterias en el momento en que ejerce la máxima fuerza de contracción. La
presión diastólica, es el número menor (el segundo), y se refiere a la presión
en las arterias cuando el corazón descansa entre un latido y otro.
La lectura de la presión puede
variar en un período corto de tiempo, según la posición de tu cuerpo, el ritmo
de tu respiración, tu nivel de estrés, tu condición física, los medicamentos
que tomas y lo que comes y bebes. Generalmente es más baja por la noche, y sube
rápidamente cuando te levantas.
Según la Asociación Americana del
Corazón y el Instituto Nacional del Corazón, del Pulmón y de la Sangre, la
presión arterial de un adulto se considera normal cuando la presión sistólica
está en 120 mm Hg o menos y la diastólica está en 80 mm Hg. o menos. Si la
sistólica se encuentra entre 120 y 130 y/o la diastólica se encuentra entre 80
y 89 se considera pre-hipertensión, si la sistólica está por arriba de 140 y/o
la diastólica se encuentra por arriba de 90, se considera alta (hipertensión).
Por el otro lado si la presión sistólica se encuentra en 90 mm Hg. o menos o la
diastólica se encuentra en 60 mm Hg. o menos, se considera baja (hipotensión).
Generalmente, la presión baja por
sí sola no es peligrosa para la salud (dentro de ciertos límites), y muchas
personas la tienen normalmente baja sin experimentar problemas. Pero cuando
baja demasiado, se deben tomar medidas inmediatas, pues puede causar que el
oxígeno y los nutrientes de la sangre no lleguen a los órganos vitales, lo que
trae consecuencias serias de salud. Si
normalmente tiene la presión baja, y has notado uno o más de los siguientes
síntomas, debes consultar a un médico cuanto antes, ya que pueden ser una señal
de otros problemas médicos:
Los síntomas más comunes de la
hipotensión o presión arterial baja son:
Mareos
Desmayos (o síncope)
Piel pálida, fría
Depresión
Visión borrosa
Dificultad para concentrarte
Fatiga
Debilidad general
Náuseas
Palpitaciones
Respiración rápida y poco profunda
Sed
¿A qué se debe la presión baja?
Existen varias condiciones que
pueden provocar la presión baja o hipotensión. Entre ellas están:
Deshidratación. Si te deshidratas,
tu cuerpo pierde más agua de la que recibe. Fiebre alta, vómitos, diarrea,
tomar un exceso de diuréticos o hacer ejercicios vigorosos pueden deshidratarte.
Sangrado. Cuando pierdes una gran
cantidad de sangre por una herida o por una hemorragia interna, la presión
puede bajar.
Embarazo. Como el sistema
circulatorio de la mujer se expande rápidamente, la presión arterial tiene a
bajar. La presión suele normalizarse después del parto.
Afecciones cardíacas. Algunas
pueden dar lugar a baja presión arterial (a veces muy baja), como problemas en
las válvulas del corazón, ataques al corazón e insuficiencia cardíaca.
Problemas endocrinos. Los problemas
de la tiroides, la insuficiencia suprarrenal (enfermedad de Addison), un nivel
de azúcar muy bajo (hipoglucemia) y a veces la diabetes pueden causar
hipotensión.
Infección severa. Si la infección
entra en el torrente sanguíneo, puede producirse un choque séptico, este es un
problema serio que puede poner en peligro la vida.
Falta de nutrientes en la dieta. La
deficiencia de vitamina B12 y/o ácido fólico, puede ocasionar anemia, y esto
también puede baja la presión arterial.
Reacciones alérgicas severas.
Algunos alimentos, medicamentos o el veneno de algunos insectos pueden producir
anafilaxis, una reacción alérgica que puede ser seria y muy peligrosa.
Algunos medicamentos también pueden
provocar que la presión baje, como: los bloqueadores beta, bloqueadores de los
canales de calcio, diuréticos, inhibidores ACE, antidepresivos, antipsicóticos,
así como algunos medicamentos para tratar el Parkinson o la disfunción eréctil. Otras sustancias como el alcohol y los
narcóticos también pueden provocar un descenso de la presión arterial o
hipotensión.
Te repito, un solo episodio de
presión baja no debe preocuparte si no experimentas otros síntomas. Eso si, si
el descenso es repentino, aunque sea ligero, puede causar mareo y desmayo. En ciertos casos, cuando la presión arterial
baja de repente puede deberse a otro problema de salud, como un sangrado, una
infección severa, una reacción alérgica o lo que se conoce como hipotensión
ortostática. Esta última se produce por un cambio repentino en la posición del
cuerpo, si te levantas rápidamente después de haber estado sentado(a) o
acostado(a). La presión arterial baja de pronto causando mareos, visión borrosa
y hasta desmayo.
¿Cómo se trata la presión baja?
El tratamiento de la presión
arterial baja depende de las causa. A veces, si la historia clínica no
establece la causa (por ejemplo, que estés tomando algún medicamento que lo
explique o que te encuentres deshidratado(a), es necesario hacer una serie de
estudios como: un electrocardiograma, algunos análisis de sangre,
ecocardiograma, prueba de esfuerzo, la maniobra de Valsalva, y/o la prueba de
la mesa inclinada, entre otros.
Para evitar que la presión te baje,
el médico podría recomendarte lo siguiente:
Tomar mucha agua y limitar el
consumo de alcohol para evitar la deshidratación.
Llevar una dieta sana (si te pide
que aumentes el consumo de sodio o sal, hazlo con precaución).
Usar medias elásticas.
Comer pequeñas porciones de
alimentos que contengan carbohidratos varias veces al día.
Evitar cambios de posición
rápidamente.
En ciertos casos, es necesario
recetar medicamentos como la fludrocortisona.
Recuerda que la presión baja por sí
sola no es el problema. Es la caída súbita o la asociación de la presión baja
con otros síntomas lo que requiere que consultes con un médico lo antes
posible. Hay situaciones que son una emergencia. No te auto recetes ni te
esperes (podría ser importante). Busca ayuda de un profesional de salud. Él o
ella buscarán la causa que te produce hipotensión y te indicarán el tratamiento
adecuado para normalizarla.
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