NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
Un experto de la Mayo Clinic nos comenta sobre 6 temores que
impiden a la gente donar sangre
La
falta de sangre es un problema mundial. En Estados Unidos, por ejemplo, apenas
el 3 por ciento de las personas que pueden donar sangre lo hacen y las razones
más comunes para negarse son el miedo y la ansiedad. Los hospitales siempre
necesitan más donantes, y Mayo Clinic tiene aún mayor necesidad debido a la
inquietud de una insuficiencia de hierro en los donantes asiduos. Recientemente
Mayo empezó a solicitar a la gente que espere 12 semanas, en lugar de ocho,
entre una y otra donación; pero se calcula que dicho cambio derive en un
descenso de 10 por ciento en la provisión sanguínea. A fin de motivar a más
personas a donar sangre, el Dr. Manish Gandhi, director médico del Centro de
Mayo Clinic para Donación de Sangre, explica sobre seis fobias de la donación
de sangre:
Miedo
a las agujas: Las agujas que se emplean en la donación de sangre no son los
arpones que quienes les tienen fobia piensan que son. El Dr. Gandhi dice que
los donantes sienten un pinchazo, muy similar al de una vacuna.
“La
donación se puede comparar con la inyección contra la influenza, pero le ofrece
la posibilidad de ayudar a por lo menos tres personas con una sola donación de
sangre”, comenta el Dr. Gandhi, quien motiva a las personas que temen a las
agujas a tranquilizar sus temores visitando un centro para donación de sangre a
fin de ver las agujas que se utilizarán.
Miedo
de ver la sangre: “Uno no tiene que ver la sangre”, acota el Dr. Gandhi. “Las
sillas cuentan con televisión y uno puede ver un programa de televisión
mientras dona sangre, sin tener que mirarla”.
Miedo
a desmayarse: Los centros de donación toman medidas para evitar los desmayos.
Son pocas las personas que se desmayan y las investigaciones revelan que el
hecho de que ocurra tan sólo una vez, no significa que volverá a suceder”,
añade el Dr. Gandhi. “Continuamente buscamos maneras de evitar que eso ocurra”.
Miedo
a la náusea: Esto es fácil de evitar y el Dr. Gandhi apostilla al respecto que
“uno debe comer un desayuno sano o una buena comida y mantenerse hidratado
antes de ir a donar sangre, sin ni siquiera pensar en que la aguja es grande o
en la ansiedad. Posiblemente sea bueno pensar en una canción bonita, ver algún
programa en la televisión o hacer algo, porque creo que la distracción es la
clave para que la donación tenga éxito”.
A
pesar de que es importante comer antes de donar sangre, lo mejor es evitar las
comidas grasas, como las hamburguesas, las papas fritas y los batidos de leche,
porque pueden cambiar la apariencia del plasma. El plasma normalmente es
transparente, con una apariencia similar a la del caldo de pollo, y una comida
grasosa lo convierte en algo más similar a una salsa. Oprima aquí para ver la
diferencia. “El plasma está bien y es normal, pero a veces es estéticamente
desagradable; por ello, no deseamos plasma lleno de moléculas grasas”, acota el
Dr. Gandhi.
Miedo
a que si dona una vez, el centro lo acosará hasta que vuelva a hacerlo: Los
bancos de sangre suelen respetar la privacidad de los donantes y la frecuencia
con la desean que se les llame, explica el Dr. Gandhi.
Miedo
a que la donación de sangre conduzca a un problema médico: Se realizan
detecciones en los posibles donantes para garantizar que se encuentran lo
suficientemente sanos para donar sangre. “En la mayoría de casos, para una
persona sana probablemente sea provechoso donar sangre porque básicamente
recuperará sangre nueva”, dice el Dr. Gandhi.
A fin
de evitar la dispersión del VIH, la hepatitis u otras enfermedades, se utilizan
agujas e implementos desechables para la donación, que son individuales para cada
persona y luego se desechan, comenta el Dr. Gandhi. “De manera que es imposible
contraer un virus transmitido por la sangre porque uno nunca entra en contacto
con la sangre de otra persona”, añade.
Después
de la donación, se solicita a los donantes que permanezcan 15 a 30 minutos en
la sala para comer y beber algo y que eviten realizar ejercicio arduo o
levantar peso durante las primeras 6 a 24 horas; pero por lo demás, pueden
retomar todas sus actividades normales, explica el Dr. Gandhi.
En
cuanto a la pérdida de hierro en los donantes asiduos, el Dr. Gandhi indica que
Mayo continúa estudiando este asunto para determinar si el cambio de la
frecuencia de las donaciones desde el mínimo de 8 semanas requerido por la
Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos a 12 semanas hace
diferencia. Si los resultados fuesen ambivalentes, el siguiente paso sería
proveer suplementos de hierro a los donantes, aunque éstos pueden provocar
dolores estomacales y estreñimiento en algunas personas, apostilla el Dr.
Gandhi.
Entre
tanto, para compensar la pérdida de sangre debida al período de tiempo mayor
entre una y otra donación, Mayo Clinic inició la campaña llamada “Done una vez
más”. Mayo descubrió que aproximadamente 45 por ciento de los donantes lo hace
entre una y dos veces al año, pero si donasen una vez más, compensarían el 10
por ciento perdido, señala el Dr. Gandhi.
Esto
revela que aparte de tranquilizar los temores sobre la donación de sangre, es
también importante aclarar un equívoco común: que existe suficiente cantidad de
sangre a disposición, y que cuando un amigo o familiar la necesita, habrá
suficiente tiempo para donar sangre.
“Siempre
hay alguien que necesita sangre”, dice el Dr. Gandhi. “Desgraciadamente,
quienes necesitan sangre siempre son las personas más enfermas y es
precisamente la disponibilidad de sangre la que puede marcar la diferencia
entre la vida y la muerte”.
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