NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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VIERNES 5 JULIO 2019
Varios
estudios recientes estiman que la mitad de las parejas que contraen matrimonio
terminan en divorcio. Muchas parejas eligen la separación incluso después de
largos años de matrimonio. ¿Será que la
rutina puede romper con el amor más fuerte? ¿Por qué, luego de tantos años, las
parejas optan por el divorcio ¿Es
posible arreglar la relación o es preferible seguir caminos separados?
“Si
no me hubiera separado, estaría igual que mis amigas que siguen con sus esposos
por no quedarse solas”, me dijo una paciente cuando logró calmar un poco su
angustia, estaba deprimida y según ella misma contaba, pasando por uno de los
momentos más duros de su vida, a los 60, luego de terminar con un matrimonio de
casi 30 años y perder su trabajo. “Sin embargo, a pesar de la soledad – repetía
– no volvería con él”.
¿Qué
ocurre con las parejas que luego de vivir tanto tiempo juntos deciden dejar de
vivir juntos y compartir sus vidas? Se estima que el 50 por ciento de los
matrimonios (¡la mitad de las parejas que se casan!) terminan en divorcio
durante los primeros 25 años de casados, y según datos del censo norteamericano
de 2008, las tasas de divorcio alcanzan su pico más alto a partir de los 40
años y hasta los 65. ¿Adónde se va el amor y todo el entusiasmo de construir
una vida juntos?
¿A
qué se debe tanto divorcio?
En la
mayoría de los casos se trata de compañeros que lenta y silenciosamente han
sobrellevado problemas o incompatibilidades que finalmente terminan con la
separación de la pareja. Hay una frase que se escucha frecuentemente que dice
que los miembros de la pareja han crecido a destiempo. Y quizá tenga algo de
cierto esta afirmación, pues todos cambiamos a medida que pasan los años y es
posible que nuestros gustos y deseos dejen de ser compatibles con los de
nuestras parejas.
Con
el tiempo y los gustos personales, el amor también se transforma y la pasión
puede desaparecer. El tiempo y la confianza son capaces de convertir el vínculo
matrimonial en una especie de lazo de hermandad (y el deseo se escapa) o puede
generar la sensación de que es posible perder el respeto por el otro (y el
cariño se vuelve maltrato). Entonces….¿para qué seguir juntos?
Las
amigas de mi paciente no tenían buenas convivencias, sin embargo, algo les
impedía pedir un divorcio: la edad, el temor a estar solas, la falta de
independencia económica, la costumbre, ¿el amor? Las causas pueden ser
múltiples y variadas, pero es importante aprender a distinguir cuándo una
relación se vuelve enfermiza para evitar que nos haga daño.
¿Es
mejor separarse o seguir juntos?
Si
bien es cierto que hay estudios que prueban que las personas casadas o que
conviven tienen mejor calidad de vida y viven más tiempo, el dato clave es que
se trata de convivencias felices. Por el contario, un matrimonio con problemas
empeora la calidad de vida y es capaz de deteriorar la salud de uno o de ambos
miembros de la pareja.
Y tú,
¿qué tal te llevas con tu compañera o compañero? ¿cómo es tu relación? ¿eres
feliz o sientes que estás soportando una situación que te lastima? Si tienes
problemas, recuerda que las parejas no siempre terminan separadas y muchas
veces hay posibilidades de reparar el amor, aunque en otras ocasiones lo mejor
es seguir rumbos distintos, aunque al principio el divorcio sea doloroso.
En
todo caso, existen terapias de pareja que los pueden ayudar a tomar la mejor
decisión, sea cual sea — el divorcio, una separación temporal o quedarse juntos
–, así como terapias individuales que pueden ayudarte a sobrellevar la
angustia, las dudas y los temores que te invaden en este momento que estás
pasando.
Lo
importante es que puedas detectar cuando algo te está dañando y que puedas
actuar en consecuencia. Habla con tu compañero o compañera, es vital la
comunicación entre ustedes, pidan ayuda si la necesitan y, como lo han estado
haciendo todos estos años, busquen una solución juntos también ahora, La
solución final puede o no terminar siendo el divorcio. Lo principal, es que no
se hagan daño. Puede ser un nuevo principio para tu relación o para una
relación diferente.
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