NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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VIERNES 7 JUNIO 2019
MUJERES
NIÑOS Y ADOLESCENTES SALUD SEXUAL
¿Ya
has tenido tu primer período y te gustaría encontrar un producto sanitario que
te haga sentir tan cómoda como si no llevaras nada? Si te gusta hacer deporte y
llevar jeans bien ajustados, quizás hayas pensado en usar tampones, pero tienes
sus reservas y muchas preguntas. Es normal que sientas desconfianza ante algo
nuevo y desconocido para ti, y hasta beneficioso porque eso te lleva a buscar
información y asesoramiento. Para que pierdas el miedo, aquí te contamos los
mitos y las verdades sobre el uso de los tampones.
Los
tampones son unos productos que puedes utilizar durante tu período, en lugar de
las tradicionales toallas femeninas de algodón, que se adhieren a tu ropa
interior. Están hechos de algodón
comprimido, en forma de tubo pequeño, para que puedas introducirlo dentro de la
vagina. Una vez allí, absorben la sangre sin que te des cuenta. Esto es
absolutamente inofensivo, aunque hay muchos mitos y temores relacionados a su
uso.
El
más común de todos: ¿puedo usar tampones si soy virgen?
Por
supuesto que sí. Aunque muchas personas todavía creen que el uso de los
tampones puede hacer que pierdas tu virginidad, están en un error. Es un mito
que debes desterrar y vamos a aclararte por qué. Una persona es virgen cuando
nunca ha tenido una relación sexual. No se deja de ser virgen porque uses o no
un tampón. La confusión viene por lo siguiente: las mujeres vírgenes tienen una
membrana muy delgada llamada himen que cubre parcialmente la entrada a la
vagina, que es por donde sale la sangre durante la menstruación. El himen es muy elástico, se estira con
facilidad y puede permitir perfectamente la entrada de un tampón. Hay ocasiones en que el himen se rasga o se
rompe en caso de que la mujer realice actividades muy bruscas, como montar a
caballo, hacer gimnasia, etc. Eso tampoco implica la pérdida de la virginidad.
La virginidad se pierde cuando la mujer tiene su primera penetración sexual, en
la que el himen se rompe completamente. Así que recuerda bien, usar tampones no
te hará perder la virginidad. Tener relaciones sexuales, sí.
Seguro
que me va a doler.
No te
preocupes, es cuestión de práctica. Es posible que te moleste un poco al
insertarlo por primera vez, pero las molestias irán disminuyendo a medida que
te acostumbres a hacerlo. Lo mismo ocurre al quitarlo, ya que su tamaño se
habrá expandido y será más grueso. Si bien es cierto que colocarte y quitarte
el tampón puede ser incomodo, sobre todo al principio, no debe generar dolor y
con el tiempo te acostumbrarás a la sensación. Una técnica recomendada para
quitarlo es tirar del hilo de manera firme, sin prisa pero sin pausa, y siempre
tratando de mantenerte relajada y tranquila.
¿Cuál
me conviene más?
Ten
en cuenta que actualmente existen distintos modelos de tampones que buscan
facilitar su colocación, de acuerdo a las preferencias de cada mujer: algunos
incluyen un aplicador, otros tienen la punta más redondeada para quienes recién
comienzan a usarlos y los hay de diferentes formas y tamaños. Si estás
considerando usarlos, lee atentamente las indicaciones en las cajas de los
productos para elegir el más apropiado para ti.
Te recomiendo que comiences con uno de los más delgados y de preferencia
con aplicador de plástico que se desliza mejor y te causará menos roce y
molestias al colocarlo. Cuando ya tengas más práctica, puedes probar con otros
más gruesos con aplicador de cartón. No te recomiendo los que vienen sin
aplicador que requieren mucha más experiencia y que pueden contaminarse al
estar en contacto con los dedos.
¿Qué
pasa si no puedo insertarlo?
No es
común, pero podría suceder que tu himen no permita el espacio suficiente para
poder insertar el tampón y por más que trates, no pase. En este caso, no lo
fuerces. Podrías también intentar usar
un poco de lubricante vaginal o gel en la punta del tampón para que se deslice
mejor.
Algunos
consejos cuando usas los tampones:
La
ventaja de los tampones es que te permiten ponerte ropa ajustada y practicar
deportes incluso en el agua, durante los días en que tengas tu período. Es un
método seguro, pero hay que tener en cuenta algunos cuidados sencillos, para
evitar complicaciones.
• ¡Cuidado con el hilo! El tampón tiene un hilo
que te permite quitártelo luego de su uso. No olvides dejarlo siempre hacia
afuera para evitar que se pierda dentro de tu vagina. Si eso ocurre (y de
hecho, es algo que puede pasar con frecuencia), no te desesperes ni te
angusties. Sólo debes introducir tu dedo dentro de la vagina y buscarlo con
suavidad manteniendo la calma. Si no logras encontrarlo, entonces deberás
recurrir a un ginecólogo/a para que te ayude a hacerlo. Que no te de vergüenza.
Es importante que busques ayuda cuanto antes porque la sangre acumulada dentro
de la vagina puede provocarte infecciones.
• ¡Cuidado con el tampón adentro! Cada vez que
vayas a colocarte un nuevo tampón recuerda quitar antes el anterior. Cuando se
acostumbran a usarlos, muchas mujeres se olvidan que lo tienen puesto y se
colocan otro sin darse cuenta. Esto puede ser peligroso ya que, como en el caso
anterior, la sangre acumulada del tampón puede causar infecciones si se
mantienen mucho tiempo dentro de la vagina.
• ¡Cuidado con el tiempo de uso! Cambia el
tampón cada cuatro horas, de esa manera evitarás que el tampón se agrande
demasiado. Te será más fácil extraerlo y te mantendrás más limpia y cómoda.
Este tiempo puede variar según la intensidad del flujo (la cantidad de
sangre). Sobre todo en los días de flujo
más intenso o durante la noche, te conviene combinar el tampón con una toalla
sanitaria fina adherida a la ropa interior, sólo para evitar mancharte en caso
de que haya algún pequeño derrame de sangre.
También te recomiendo que
intercales el uso de toallas higiénicas y tampones para evitar irritaciones. Si te sientes muy irritada, se tienes dolor o
picazón, deja de usar el tampón.
• ¡Cuidado con el Síndrome de Choque Tóxico! (o
Síndrome de Shock Tóxico — TSS, por su sigla en inglés) Esta es una reacción
tóxica del cuerpo a una infección provocada por una bacteria, que debe ser
atendida con urgencia porque puede provocar problemas graves de salud. Puede
producirse por varios motivos y uno de ellos es el usar un tampón durante
muchas horas o cuando un tampón se queda dentro de la vagina (como te
explicamos anteriormente). Realmente no es muy común que suceda, pero no está
de más que conozcas los síntomas para que puedas actuar ya que es una
emergencia:
Fiebre
alta que aparece de repente
Una
erupción en la piel como quemadura solar
Diarrea
Mareos,
sensación de desmayo y/o desmayo
Vómitos
Si
todavía tienes dudas o miedo de usar estos productos, ten en cuenta que no hay
motivo para que te pierdas el próximo campamento con tus amigas o un día en la
piscina en el club: ¡puedes usar tampones con confianza! Muchas adolescentes y
muchas mujeres los usan sin problemas y hasta los prefieren en lugar de las
toallas femeninas, que son más voluminosas. Si te acostumbras, en verdad pueden
ser una solución práctica y discreta para varias situaciones que, de otro modo
suspenderías a causa de tu período.
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