NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
MARTES 9 OCTUBRE 2018
PUBLICADO
POR: DOCTORA ALIZA
Si te
preguntan el nombre de los integrantes de tu equipo favorito, seguro que no
fallas. Y seguro que tampoco te
equivocarías si te preguntan algún dato sobre política local o internacional.
Pero, ¿podrías enumerar los cuatro tipos de cáncer que pueden afectarte sólo
por ser hombre? No la juzgues como una pregunta frívola: hay millones de
hombres en el planeta bajo riesgo de contraer algún tipo de cáncer. Estar
alerta nunca está de más.
Si
las estadísticas deportivas te entusiasman, éstas quizá no lo hagan, pero al
menos te harán tomar conciencia de un problema global: el cáncer. Las que ofrece la Organización Mundial de la
Salud (OMS) no son cosa de juego: a pesar de que hoy día conocemos mucho más
sobre esta enfermedad y sobre su prevención, su avance continúa y no se le
puede detener. Cada año son más personas las que lo padecen y si la tendencia
sigue, se calcula que para el 2020 (no creas que está tan lejos), se le
diagnosticará cáncer a 16 millones de personas (eso es, además de los casos que
ya se han detectados y de los sobrevivientes).
¡Imagínate lo que significa!12.7 millones de casos de cáncer y 7.6
millones de muertes cada año y 64% de ellos ocurren en los países de mayor
desarrollo.
El
cáncer afecta a ambos sexos, pero hay algunos cánceres que se presentan con
mayor frecuencia en los hombres. Los
datos coinciden en América del Norte y en Europa en donde los hombres sufren
más de cáncer de próstata, pulmón y cáncer colorrectal. En América Latina los principales son:
próstata, pulmón y estómago. Con toda
seguridad, no querrás ser parte de las estadísticas y la forma principal de
lograrlo es la prevención. Para poder
hacerlo con efectividad necesitas conocer los factores de riesgo, los síntomas
que de alerta, así como las pruebas para detectarlos.
Los
principales, uno por uno:
1. El
cáncer de próstata
Se
lleva el tristísimo gran premio de ser el cáncer que más se diagnostica en los
hombres y es la segunda causa de muerte por cáncer entre ellos después del
cáncer del pulmón. Cualquier hombre puede padecerlo, pero se diagnostica con
más frecuencia en hombres de más de 65 años. Los factores de riesgo son: la
edad (las posibilidades de contraerlo aumentan después de los 50 años), la raza
(es más común en individuos de la raza negra) y tener un familiar cercano
(padre, hermano o hijo) que lo haya padecido.
Los
síntomas: dificultad al orinar; flujo de orina débil o interrumpido; necesidad
frecuente de orinar, sobre todo durante la noche; dificultad para vaciar la
vejiga; dolor o sensación de ardor al orinar; sangre en la orina o en el semen;
dolor en la pelvis, en la espalda o en la cadera que no se quita; y/o
eyaculación dolorosa.
Las
pruebas para detectarlo: si se detecta de forma temprana, el tratamiento es
mucho más exitoso. Pero no todos los expertos están de acuerdo en la
efectividad de las pruebas, por la posibilidad de que arrojen un resultado
falso positivo (la prueba indica que tienes un cáncer y no es cierto); por el
tratamiento de los cánceres prostáticos que no lo requieren; así como por los
posibles efectos secundarios severos a consecuencia del tratamiento. Lo ideal
es que cada hombre discuta con su médico las ventajas y los riesgos de estas
pruebas, que se informe y que tome una decisión inteligente de acuerdo a su
caso particular. Las pruebas de detección más comunes son:
Examen
digital rectal (examen de tacto rectal): se realiza para evaluar el tamaño, la
forma y la dureza de la glándula prostática.
Análisis
del Antígeno Prostático Específico (APE o PSA por sus siglas en inglés): este
antígeno es producido por la próstata. La prueba mide el nivel de este antígeno
en la sangre que si resulta elevado puede indicar la presencia de un cáncer.
Se
recomienda que empieces a hacerte las pruebas a partir de los 40 años, pero
debes acudir al médico de inmediato si tienes algunos de los síntomas.
2. El
cáncer de pulmón
Es el
tipo de cáncer que ocupa el segundo lugar de incidencia entre los hombres, y es
la causa principal de muerte tanto en los hombres como en las mujeres en los
Estados Unidos. El mayor factor de riesgo es el cigarrillo: fumar es la causa principal
de la mayoría de los cánceres de pulmón y se agrava con los años que se ha
tenido el hábito y la cantidad de cigarrillos que se fuman al día. Las personas
expuestas al humo de segunda mano, o a sustancias cancerígenas también pueden
desarrollar cáncer del pulmón.
Los
síntomas: tos constante y que empeora con el tiempo; dolor persistente en el
pecho; flema con sangre al toser; falta de aire y ronquera; respiración con
silbidos; episodios frecuentes de neumonía y bronquitis; pérdida de peso y de
apetito; inflamación del cuello y de la cara.
Cómo
se detecta: cuando se presentan los síntomas anteriores, y ante la sospecha de
un tumor pulmonar, el especialista
indicará alguna de estas pruebas para establecer un diagnóstico:
Biopsia:
se toma una muestra (un pedacito) del tejido y se ve bajo el microscopio para
determinar si hay células cancerosas.
Broncoscopia:
se inserta un tubo delgado y flexible con una luz en la punta para examinar los
bronquios y los pulmones y tomar una muestra del líquido o del tejido.
La
mayoría de los casos de cáncer del pulmón pueden evitarse si se deja de fumar.
Si fumas, considera seriamente dejar de hacerlo lo antes posible.
3. El
cáncer colorrectal
Es el
tercer tipo de cáncer que con mayor frecuencia afecta a los hombres en América
del Norte y Europa, y la tercera causa de muerte por cáncer de este grupo de la
población en Estados Unidos. Por suerte,
puede prevenirse con las pruebas de detección adecuadas. Tienen mayor riesgo
los hombres con antecedentes personales o familiares de pólipos precancerosos o
de cáncer colorrectal, de enfermedad inflamatoria intestinal y de algunos
síndromes genéticos como la poliposis adenomatosa familiar (FAP).
Los
síntomas: en su estado inicial no da síntomas, por lo que es aún más importante
que se realicen las pruebas de control y detección sobre todo a partir de los
50 años, o antes, si hay historia personal o familiar de pólipos precancerosos,
como ya indicamos antes. Aunque se presenten los síntomas siguientes, es
posible que el diagnóstico se retrase porque no se sospecha un cáncer
colorrectal y se asocian a otras causas.
Los síntomas más frecuentes son: sangrado rectal y cólicos; cambios en
la consistencia de las heces fecales; estreñimiento; diarrea, pérdida de peso;
anemia nueva y reciente.
Cómo
se detecta: a partir de los 50 años, se recomiendan las pruebas de detección en
búsqueda de pólipos precancerosos que deben ser extirpados (sacados) antes de
que se conviertan en cáncer. Las pruebas
también pueden detectar un cáncer en una etapa temprana, en la que el
tratamiento es más efectivo. Si la persona tiene una historia familiar entre
sus factores de riesgo, debe hacerse las pruebas a partir de los 40 años, con
la frecuencia que el especialista indique. Las pruebas son:
Colonoscopía
tradicional o virtual (colonoscopia por tomografía computarizada)
Análisis
de sangre oculta en heces (o materia fecal)
Sigmoidoscopia
flexible con enema de bario (una radiografía con un medio de contraste para ver
el interior del colon)
Si
estás cerca de los 50 o más, consulta con tu médico para hacerte cuanto antes
una colonoscopía y despejar las dudas. Tu paz mental bien vale la pena.
4. El
cáncer de estómago
Es el
tercer cáncer que con mayor frecuencia afecta a los hombres en América Latina.
Además del género, la edad es otro factor de riesgo, así como padecer de
gastritis crónica, úlceras producidas
por la bacteria Helicobacter pylori, tener anemia perniciosa, fumar, padecer de
pólipos gástricos y/o tener familiares cercanos que hayan padecido el mismo
tipo de cáncer.
Los
síntomas: en la etapa temprana puede presentarse con indigestión y malestares
en el estómago, sensación de llenura e inflamación (hinchazón después de
comer), náuseas, falta de apetito y acidez estomacal. Cuando el cáncer está más avanzado se
caracteriza por sangre en las heces fecales, vómitos, pérdida involuntaria de
peso, ictericia (la piel y el área blanca de los ojos toman un color
amarillento), acumulación de líquido en el abdomen (ascitis) y dificultad al tragar.
Cómo
se detecta: cuando aparecen los síntomas anteriores, el doctor utilizará
distintas pruebas para examinar el estómago y el esófago, como pruebas de
sangre y la endoscopía, un procedimiento que se utiliza para observar el
interior del esófago, el estómago y el duodeno (la primera parte del intestino
delgado).
Aunque
no siempre está bajo nuestro control, hay cosas que si puedes hacer para
prevenir el cáncer, como las que mencionamos en estos casos. Ya estás sobre
aviso de los tres cánceres que mayor riesgo significan para ti por el simple
hecho de ser hombre, así que sácale partido al llamado de alerta: infórmate,
consulta con tu médico para programar las pruebas de detección recomendadas en
tu caso, y ante todo, lleva una vida saludable.